Las inundaciones dejadas por el aumento de las aguas del lago Enriquillo se han convertido en el cuento de nunca acabar para las familias afectadas, mientras el lago Azuei, en el territorio haitiano, avanza segundo a segundo hacia el pueblo de Jimaní.
El lago Enriquillo no se detiene, sigue engullendo predios agrícolas y ganaderos en los municipios que conforman “La vuelta del lago”, de las provincias Independencia y Bahoruco, ante la mirada impotente de sus productores que se mantienen a la espera de que llegue la ayuda oficial.
“Aquí solo queda gente hambrienta que busca opciones para sobrevivir. Hasta hace unos meses atrás albergábamos la esperanza de reanudar la producción porque el lago parecía haberse detenido, pero sus aguas siguieron silentes por debajo de la tierra y han arrasado con todo”, dijo Nolberto Cuevas, presidente de la Asociación de Agricultores de Las Baitoas de aquí.
Informó que de los 215 pequeños y medianos productores que existen en Las Baitoas de Duvergé, el único que cuenta con un pedazo de tierra fuera del Enriquillo es él, pero los productos han empezado a morir porque el agua salada está bajo sus pies.
“Las matas de plátanos las veo caer podridas y las que quedan paradas y han parido, tienen unos racimos que dan pena, porque no se desarrollaron”, agregó.
Citó que en la provincia Independencia, el mayor daño se registra en Las Baitoas, pero señaló que los pobladores del distrito municipal Vengan a Ver y el resto de las localidades que conforman “La vuelta del lago” como Las Clavellinas, Los Arroyos, La Descubierta, Postrer Río, Boca de Cachón, Villa Jaragua, entre otras, comparten las mismas penurias.
“Nosotros vendíamos semanalmente cientos de racimos de plátanos y guineos, también camiones de guandules, maíz, tayota, yuca, batata y otros productos agrícolas que hoy extrañamos. No sabemos qué vamos a hacer ahora, porque ya no creemos que las promesas del Presidente se van a cumplir”, dijo.
De su lado, el presidente de la Sociedad Ecológica de Duvergé (Soedu), Luis Abelardo Pérez González, informó que fruto de las inundaciones del lago Enriquillo, solo Las Baitoas ha perdido más de 10 kilómetros cuadrados de tierras agrícolas.
Como muestra citó que las propiedades agrícolas de las 215 familias que allí habitan fueron engullidas en su totalidad, dejando una pequeña porción del conuco de Nolberto Cuevas.
“Nosotros imploramos a las autoridades. Ya no es una demanda que ponemos ante el gobierno, es un ruego para que venga en auxilio de estas familias que lo han perdido todo”, dijo.
Informó que en todo el entorno del lago Enriquillo, las inundaciones anegaron miles de matas de coco de propietarios que las tenían como medio de subsistencia, arrasó con importantes plantaciones de mango que por más de cien años fueron utilizadas como sustento de esas familias, así como aguacate, buen pan, pan de fruta, entre otros frutos de ciclo largo.
En Postrer Río la gente lamenta lo que ocurrió con el cocotal de Paco, que era una finca de cocos altos de un señor conocido con el apodo de Paco, la cual el lago “sepultó” entera.
Wirmer Montero Amador, también de esta localidad de la provincia Bahoruco, contó que su familia tenía cinco potreros destinados para la crianza de más de 70 cabezas de ganado y tres conucos sembrados de plátanos, los cuales perdieron por completo.
“Frente a todas esas pérdidas no hemos visto por parte del gobierno ni alitas de cucarachas. No sé si fue que nos mandaron la ayuda y alguien se quedó con ella o fue que el gobierno nos olvidó. Por aquí estamos comprando pan para cenar y desayunar. Eso da pena, porque somos un pueblo acostumbrado a comer trozos”, dijo.
Recuerda que hasta hace dos años, su familia sacaba las yucas, los plátanos y guineos por camiones de la finca, y han quedado sin medio de subsistencia.
“Yo tengo tiempo que no doy un golpe. No sé qué vamos a hacer en casa. Estamos sin alternativa, porque lo que teníamos era eso y no sabemos hacer más nada. Yo recuerdo que en una de las propiedades teníamos cientos de gallinas y desaparecieron todas a medida en que el lago fue subiendo”, agregó el joven.
Lo que esperanLos productores agrícolas de cada una de las localidades inundadas dijeron que aún esperan las tierras que les prometieron en zonas donde las autoridades iniciaron los trabajos de rehabilitación, pero los paralizaron en lugares como El Cantón y La Trocha de El Soquete.
“A nosotros nos aprobaron esas tierras, pero no han hecho nada. Ellos no han puesto en su justa dimensión este problema”, dijo Domingo Nova Félix, al momento de señalar una zona profunda del lago donde hace meses tenía yuca y batata en producción.
La queja de las familias afectadas se basa en que a un año y medio de que el presidente de la República, Leonel Fernández, ordenara asistirlos, solo los ganaderos recibieron la condonación de sus deudas y a algunos de los afectados les han llegado varias funditas del Plan Social de la Presidencia. El presidente de la República ordenó asistir a los afectados por las inundaciones del lago Enriquillo el día 10 de marzo del año 2009.
“Que nos traigan comida que aquí no hay vida. Aquí llega un chin de comida a veces. También queremos que nos faciliten yolas seguras, mayas para la pesca. Que nos construya un proyecto de vivienda que hay familia que viven en condiciones infrahumanas, pero que no se olvide de las tierras que nos prometió equipadas con bombas de agua para la siembra”, dijo Nova Félix.
En cada una de las localidades visitadas en “La vuelta del lago”, las familias entrevistadas informaron que hace meses que no ven a ningún representante del gobierno por esos predios.
“Ellos vinieron unas cuantas veces y nos hicieron mucho allante. A nosotros no nos han mirado más. Nos han dado con la punta de los pies”, dijo Alcibiades Carvajal Soto.
El gobierno había prometido reubicar las familias en terrenos del Instituto Agrario Dominicano (IAD) afectados tanto por las crecidas del lago Enriquillo y la laguna del Cabral.
Los terrenos dispuestos están ubicados en quince localidades rurales de las provincias citadas, según lo destaca el informe que contiene las siete propuestas elaboradas por una comisión de funcionarios que visitó la zona y que fue escogida por el presidente Leonel Fernández.
EL LAGO HAITIANO
El lago Azuei tampoco ha parado de crecer hacia territorio dominicano.
Sus aguas se encuentran aproximadamente a medio kilómetro de la bomba Isla del municipio Jimaní.
Mientras que las tiendas del mercado fronterizo han sido desplazadas casi en su totalidad por sus aguas que también casi se tragan la carretera que une a ambas naciones.
Para evitar que el tránsito entre la República Dominicana y Haití quede cerrado por completo, las autoridades de la zona permanentemente rellenan con caliche la vía, siempre que el lago la alcanza.
Esto ha provocado que la verja divisoria de la frontera, haya quedado literalmente sepultada en el caliche, a la altura de un niño de cuatro años.
Frente al crecimiento de este lago, los habitantes de Jimaní esperan que las autoridades dominicanas definan un plan de acción.
Dijeron que el lago sigue su avance, situación que les preocupa, porque temen que inunde el municipio.
LOS AISLADOS
Habitantes de las provincias Bahoruco e Independencia informaron que numerosas comunidades han quedado literalmente aisladas por el avance de las aguas de ambos lagos.
En ese sentido esperan que las autodades les dé facilidades para la adquisición de pequeñas embarcaciones para establecer un sistema de transporte acuático que les permita trasladarse con mayor facilidad.