El Consejo Nacional de Transición libio (CNT), el Gobierno de los rebeldes, ha anunciado que Muamar el Gadafi murió esta mañana a las afueras de Sirte, su ciudad natal, como consecuencias de las heridas sufridas mientras intentaba escapar.
Un comandante de las fuerzas rebeldes desplegadas en la ciudad, Abdel Majid Mlegta, ha afirmado a la agencia Reuters que el dictador ha fallecido debido a las heridas sufridas en las piernas y en la cabeza. Posteriormente, el ministro de Información del CNT, Mahmoud Shammam, confirmó la muerte del dictador, explicando que falleció poco después de ser capturado.
Ninguna fuente independiente ha podido sin embargo contrastar estas informaciones. Los rebeldes informan de que el cadáver del coronel está siendo trasladado a un lugar secreto por razones de seguridad y que facilitarán imágenes del cuerpo. El presidente del CNT, Mustafá Abdeljalil, se dirigirá a la nación en las próximas horas.
El anuncio de la captura se produjo poco después de que Sirte fuera conquistada por los rebeldes. Mlegta asegura que el dictador fue alcanzado mientras intentaba escapar en un convoy, transportado en una ambulancia. Los rebeldes afirman que el convoy fue objeto de disparos de la OTAN. El mando aliado ha confirmado que disparó contra objetivos gadafistas en la zona de Sirte,pero sin precisar si golpeó el convoy del dictador. Los rebeldes alegan que falleció por disparos de sus fuerzas.
Además de Gadafi, según fuentes rebeldes citadas por Al Yazira, habría fallecido en los combates también el jefe militar de las fuerzas gadafistas en Sirte y exministro de Defensa del régimen, Abu Baker Yunus. Mutasim, uno de los hijos del coronel, y el portavoz del Gobierno del dictador, Ibrahim Musa, fueron capturados vivos en Sirte.
El paradero de Gadafi ha sido objeto de especulación durante meses. La mayoría de los expertos y de los dirigentes políticos que se alzaron contra el tirano se decantaban por el desértico sur del país como el lugar de su refugio. En esas zonas viven los Tuareg, que han apoyado hasta el último instante al régimen. Dos meses han pasado desde que Gadafi y sus hijos, al frente de las milicias más poderosas, abandonaron Trípoli. Gran parte de su familia escapó a Argelia y otro de sus hijos a Níger.
La muerte de Gadafi representaría el paso decisivo en el avance de la transición. Gadafi gobernó Libia durante 42 años, hasta que en el pasado mes de agosto las fuerzas rebeldes lograron conquistar Trípoli. Desde entonces, la lucha armada se había concentrado en los últimos bastiones en mano de los leales del dictadores, entre ellos Bani Walid y Sirte.
“Sirte ha sido liberada. No hay ya fuerzas de Gadafi”, había asegurado esta mañana un comandante de las fuerzas que desde hace dos meses asedian a los leales al dictador libio en la ciudad mediterránea. “Ahora estamos persiguiendo a los luchadores de Gadafi que están tratando de escapar”, había añadido otro mando de los sublevados.
Como en otras ciudades libias, la conquista de Sirte ha tenido avances fulgurantes y retrocesos abruptos. Pero como en el resto de poblaciones, finalmente la superioridad numérica de los rebeldes ha acabado imponiéndose, a pesar de la falta de coordinación entre los milicianos. La bandera tricolor, la antigua enseña de la Libia monárquica, ondea ya en el centro de la ciudad donde nació Gadafi.
La caída definitiva de Sirte en manos de las fuerzas del Consejo Nacional puede marcar el inicio de la transición política. Los nuevos dirigentes del país han asegurado que una vez controlado todo el territorio libio, el presidente del Consejo, Mustafá Abdel Yalil, pronunciará una declaración de liberación del país. A partir de entonces, comenzará a correr el plazo de ocho meses previsto para la celebración de las primeras elecciones democráticas en Libia. De esos comicios surgirá un Parlamento que tendrá la misión de redactar la nueva Constitución.
La cadena de televisión Al Yazira muestra imágenes de decenas de milicianos que celebran la toma de la ciudad con sus armas en las manos y quemando banderas verdes, la enseña del régimen depuesto. Salvo que otros grupos de fieles a Gadafi permanezcan agazapados, la conquista de Sirte puede significar el final de la guerra que comenzó a mediados de febrero en Bengasi. Pero nadie descarta que el autócrata pueda contar con hombres armados en otras regiones de este inmenso país --casi cuatro veces la extensión de España--, especialmente en las zonas desérticas del sur del país, cerca de las fronteras con Areglia y Níger.
Los vaivenes en la guerra fueron una constante durante los primeros meses de la contienda. A finales de marzo, los rebeldes se plantaron a pocas decenas de kilómetros de Sirte tras un avance arrollador desde Bengasi. Pero los indisciplinados milicianos fueron entonces forzados a retroceder. Desde hace dos meses, una vez que Gadafi fue expulsado de Trípoli, los guerrilleros a las órdenes del Consejo Nacional rodearon Sirte por el oeste, el este y el sur.
El centro de la ciudad está, como sucedió en Misrata, a medio camino entre Sirte y la capital, en estado casi ruinoso. Pero la alegría era desbordante. "Es el día más feliz de mi vida. La ciudad entera está liberada del criminal de Gadafi", comentaba un miliciano entre los gritos de "Dios es grande" que proferían sus colegas de armas. Docenas de fieles a Gadafi huyeron a primera hora de la mañana hacia el oeste y son ahora perseguidos por los hombres armados a las órdenes del Gobierno interino libio.
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